Hexagoneando

Por las mañanas, después de dejar a mi niña en el colegio y darle un repasillo a la casa, me tomo un café más tranquila que el primero va con muchas prisas. Y así, tomando mi café voy preparando la labor a la que le voy a dedicar un buen rato de la mañana. Que luego, por la tarde, entre deberes, merienda, juegos y demás no puedo hacer nada.

Por las mañanas suelo hacer punto de cruz. Prefiero bordar con luz natural que mis ojos empiezan a resentirse. Y por la noche, mientras veo alguna serie en la televisión, un ratito de ganchillo.
Ayer estuve colocando mis hexágonos sobre la mesa para ver cómo quedaban y cuántos más necesitaría. Entre la peque y yo ya decidimos que sería una manta para ella, para el sofá. Así que, como veis, todavía me faltan muuuuuuchos.

De momento no hay dos iguales pero supongo que llegará un momento en que no me quede más remedio que repetir.